Las cobayas, cobayos, cuyes, cuyos, cavies o
conejillos de indias son unas mascotas muy populares hoy en día. La
especie doméstica es la cavia porcellus, originaria de la cordillera
andina, descendientes de la especie silvestre cavia aperea.
Estos pequeños animalitos han sido criados para uso doméstico desde la época de los incas, al principio como alimento y desde el siglo XVIII como animal de compañía.
Poco a poco se han convertido en unas mascotas muy populares debido principalmente a su docilidad y amigable aspecto.
Estos pequeños animalitos han sido criados para uso doméstico desde la época de los incas, al principio como alimento y desde el siglo XVIII como animal de compañía.
Poco a poco se han convertido en unas mascotas muy populares debido principalmente a su docilidad y amigable aspecto.
Morfología
De cuerpo rechoncho y compacto, estos animales suelen
medir entre 20cm y 30cm como máximo, pesando entre 700g y 1300g las
hembras y
entre 800g y 1500g los machos. Estos valores son muy aproximados y
relativos, ya que existe gran variedad de tamaños y pesos dependiendo
de la variedad, la alimentación y la genética del ejemplar.
A diferencia de otros roedores tienen un sentido de la
vista bien desarrollado y en color, pero el posicionamiento de los
ojos hace que tengan ciertas dificultades para calcular distancias, por
lo que es importante que tengamos cuidado de no dejarlas nunca en
sitios altos desde donde puedan saltar y lastimarse.
Presentan unos simpáticos y carnosos labios que suele
ser la característica física más llamativa, sus dientes crecen de forma
continua, por lo que es muy importante que se les de heno de forma
continua y abundante para favorecer la abrasión, así como otros
alimentos tallosos.
Existen multitud de variedades en cuanto al tipo y color de manto. Las razas más importantes son:
- Americana: de pelo corto y lacio, son el tipo más común.
- Abisinia: de pelo semilargo y con una serie de remolinos repartidos por el cuerpo.
- Peruana: de pelo largo y liso, requieren cuidados especiales.
- Americana: de pelo corto y lacio, son el tipo más común.
- Abisinia: de pelo semilargo y con una serie de remolinos repartidos por el cuerpo.
- Peruana: de pelo largo y liso, requieren cuidados especiales.
Además de estas tres existen cobayas de pelo rizado, sin pelo, con patrones de remolinos diferentes y demás.
Hoy en día es más fácil encontrar cobayas que son
producto de la mezcla de varios tipos de manto, con pelo largo y
algunos remolinos, manto más largo en algunas zonas del cuerpo, y otras
variaciones. En cuanto a los colores, existen gran multitud de
coloraciones distintas que aparecen de forma individual o combinada y
formando distintos patrones.
Dimorfismo sexual
Diferenciar el sexo de las cobayas es más sencillo que
en el caso de otros roedores. Las hembras tienen los genitales en forma
de Y, mientras que los machos los tienen de una forma de Y mucho más
redondeada con un punto encima, el orificio del pene.
- Genitales de la hembra en forma de Y
- Genitales del macho, Y redondeada con punto superior
Alimentación
La alimentación de estos pequeños probablemente sea lo
más importante y complicado. Una correcta alimentación mejorará
considerablemente su calidad y esperanza de vida, mientras que una
dieta desequilibrada y deficiente derivará en una muerte segura.
A diferencia de otros roedores, no son omnívoros, sino
herbívoros, por lo que su dieta ha de ser exclusivamente vegetal. No
toleran la proteína animal, por lo que está estrictamente prohibida.
Lo más significativo es que no pueden sintetizar la
vitamina C de forma natural, por lo que ha de ser introducida en su
dieta diariamente. Alimentos ricos en vitamina C que se les pueden dar a
diario son los pimientos verde y rojo o los canónigos entre otros.
La dieta habitual y completa ha de consistir en tres elementos principales:
- Heno en abundancia y disponible las 24h del día. El
heno, como ya se ha comentado, favorece la abrasión de los dientes y
permite un correcto funcionamiento del sistema digestivo. Las cobayas
no tienen motilidad intestinal, a diferencia de otros animales, por lo
que han de estar comiendo continuamente para evitar que se pare el
sistema digestivo. El heno es un alimento poco calórico y muy fibroso,
siendo ideal para su consumo abundante y continuo.
- Verdura fresca y variada. La mejor forma de
alimentar a nuestra pequeña mascota es de forma natural y equilibrada,
combinando distintos tipos de verduras diariamente. Existen alimentos como
los pimientos, canónigos, endivias o rúcula entre otros que se le
pueden dar diariamente. De forma más moderada se les puede dar
zanahoria, que les encanta. La lechuga es uno de sus alimentos
favoritos, pero su alta cantidad de agua y su bajo contenido calórico
hace que su valor nutritivo sea casi nulo y provoque diarrea, por
tanto, solo se le debe dar muy de vez en cuando, como premio, y en muy
baja cantidad. También se les puede dar fruta de forma moderada, sobre
todo los días de calor. En el artículo de alimentación de cobayas encontrarás una lista detallada de alimentos permitidos y prohibidos.
- Pienso seco. Idealmente con el heno y la verdura
debería conformarse una dieta equilibrada que contuviese todos los
nutrientes necesarios, pero como es complicado calcular las cantidades
óptimas y variar la alimetación de forma que no le falte de
nada, generalmente se recurre a los piensos comerciales para
complementar la dieta. Lo más importante a la hora de elegir un pienso
es que sea específico para cobaya. Muchas veces encontraremos pienso
para "roedores" o para "conejo y cobaya" que no son adecuadas para
ellas, ya que tienen unas necesidades alimenticias especiales y muy
diferentes. Elegiremos un pienso con la menor cantidad posible de
cereales, dando prioridad a la fibra y la verdura deshidratada,
preferiblemente que contenga una fuente de vitamina C. Los piensos
alemanes, como por ejemplo JRFarm, son los que mejor preparados vienen,
con alto contenido en vegetales secos y gran variedad de verdura
extrusionada. Otro pienso de gran calidad pero de alto precio es el
XtraVital. Un pienso de calidad intermedia y precio moderado es el Cavia Crispy de la firma italiana Versele Laga, muy utilizado.
Para alimentar correctamente a nuestra pequeña cobaya deberemos darle heno y agua fresca 24h al día, un cuenco mediano de verdura variada y un cuenco pequeño de pienso. Por ejemplo, podemos ponerle la verdura por la mañana y el pienso por la tarde o al revés.
Es muy recomendable leer el artículo de "Alimentación de las cobayas" donde se detalla la lista de alimentos permitidos y prohibidos, así como la cantidad y frecuencia con la que se le pueden dar y consejos para elaborar una dieta saludable.
Para alimentar correctamente a nuestra pequeña cobaya deberemos darle heno y agua fresca 24h al día, un cuenco mediano de verdura variada y un cuenco pequeño de pienso. Por ejemplo, podemos ponerle la verdura por la mañana y el pienso por la tarde o al revés.
Es muy recomendable leer el artículo de "Alimentación de las cobayas" donde se detalla la lista de alimentos permitidos y prohibidos, así como la cantidad y frecuencia con la que se le pueden dar y consejos para elaborar una dieta saludable.
Convivencia
Las cobayas son animales por lo
general muy sociables, que no tienen ningún problema por vivir en
pareja o grupo. Sin embargo, como ocurre con otras especies, los machos
pueden tener problemas para vivir juntos, sobre todo si se introducen
de adultos y/o hay hembras en el entorno.
Las hembras suelen convivir
durante toda su vida sin tener enfrentamientos, siempre y cuando haya
alimento y espacio de sobra para el grupo. Los machos pueden llegar a
convivir si viven desde jóvenes y no hay hembras en el entorno, ya que
el olor que producen durante los celos provoca enfrentamientos
agresivos por la dominancia, llegando a hacerse lesiones importanes. La
convivenvia entre machos y hembras no está recomendada porque se
reproducen de forma continua, lo que conlleva un desgaste muy peligroso
para la hembra, que al no tener tiempo para recuperarse entre partos
se deteriorará considerablemente poniendo en peligro su vida y la de
futuras camadas.
Alojamiento
Debido a su gran tamaño con
respecto a otros roedores, es importante darles un alojamiento lo más
grande que nuestras posibilidades nos permitan. No son animales trepadores,
por lo que su hábitat ha de ser de la mayor superficie posible y con
poca altura. Las jaulas más utilizadas son las de un solo nivel, ya que
debido a la ya comentada dificultad para calcular distancias, los
alojamientos de más altura pueden ser peligrosos. Una jaula de dos
niveles cuya separación entre ellos sea menor de 15cm o 20cm no
presentará ningún peligro. La base de los niveles no puede contener
barrotes y debe ser de alta para evitar que tiren el sustrato fuera de
la jaula. Por norma general se suele recomendar contar con una base de
unos 40cmx60cm como mínimo (siempre debemos ofrecer el
mayor espacio posible dentro de nuestras posibilidades) para una sola
cobaya, aumentando proporcionalmente las medidas al introduciar más
ejemplares.
Debe ser de un material duro, por
ejemplo de barrotes metálicos o plástico duro, siendo la madera poco
recomendada, ya que tienen a roerlo todo y terminarán por destrozar
otros materiales.
El alojamiento ideal es una jaula
amplia, bien ventilada, con una base de entre 10cm y 15cm de alto.
Durante el invierno es recomendable ponerles un refugio para que se
oculten, el resto del año no es necesario.
Las cobayas no anidan, así que con ponerles una capa gruesa de un sustrato de calidad es suficiente para mantener la higiene.
Higiene
El gran tamaño de estos animalitos hace que ensucien bastante más que otros roedores
domésticos. Además, no suelen tener la costumbre de hacer sus
necesidades en un único lugar, por lo que hay que limpiar la jaula
completa y cambiar el sustrato con cierta frecuencia, generalmente cada
dos o tres días, dependiendo del tamaño de la jaula y del número de
ejemplares que convivan.
Manteniendo la higiene de la jaula no será necesario bañarlas, se acicalan a sí mismas como hacen otros roedores y se mantienen siempre limpias. Sin embargo, si llegara el caso de ser necesario un baño, habrá que seguir un proceso cuidadoso para evitar problemas. Puedes ver todo el proceso en el artículo "Bañar a mi cobaya".
Manteniendo la higiene de la jaula no será necesario bañarlas, se acicalan a sí mismas como hacen otros roedores y se mantienen siempre limpias. Sin embargo, si llegara el caso de ser necesario un baño, habrá que seguir un proceso cuidadoso para evitar problemas. Puedes ver todo el proceso en el artículo "Bañar a mi cobaya".
Otro cuidado habitual es el corte de uñas. Algunos ejemplares las desgastan con elementos
de la jaula, pero a la gran mayoría hay que cortárselas
periódicamente. Si no nos sentimos seguros con ella, es preferible que
lo haga un veteriario, ya que nos arriesgamos a cortarle el pequeño
vaso sanguíneo que tienen en su interior provocando una gran pérdida de
sangre. Hemos de sujetar firmemente la pata para que no se mueva y
realizar un corte oblícuo en la zona curva de la uña, tal y como
muestra la figura, sin acercarnos al vaso sanguíneo. Lo ideal es un
cortauñas pequeño, de tijera, aunque cualquiera para animales pequeños
servirá.
Los ejemplares de pelo largo,
requerirán además cuidados especiales. El pelo ha de ser cepillado
diariamente para evitar enredos, sobre todo si empleamos un sustrato de
tipo virutas, que se pueden enredar en el pelo.
Reproducción
Antes de embarcarnos en la
aventura de la cría, es necesario saber un dato muy importante: el
hueso pélvico de estos animales se suelda alcanzada una cierta edad,
por lo que las hembras han de tener su primer parto antes de que se
complete el
proceso de soldadura o llegado el momento no podrán dar a luz. El
soldado se produce entre los 8 y los 10 meses de edad, teniendo en
cuenta que la gestación tarda unos 68 días de media, es recomendable
que se queden preñadas por primera vez cuanto superen los 600g de peso y
tengan unos 7 meses.
Las hembras tienen unos celos de
aproximadamente 8h-10h cada 16 días aproximadamente. Durante este
tiempo están receptivas para las montas del macho. Como ya se ha
comentado, durante este tiempo los machos pueden pelearse al detectar
el olor de la hembra, por lo que si hay hembras cerca, los machos han
de estar separados.
Una vez se produce el embarazo,
la gestación dura unos 68 días de media, pudiendo durar más o menos en
función del número de crías. Camadas más numerosas nacerán antes debido
al tamaño que ocupan. La madre aumenta considerablemente su tamaño,
siendo fácil detectar su estado
desde las primeras semanas. A partir del primer
mes, es posible notar el movimiento de las crías si tenemos paciencia,
colocando a la hembra suavemente en nuestro regazo y colocando las
manos en los bultos que le saldrán a los lados del abdomen. Es muy
importante molestarla lo menos posible y no hacer movimientos bruscos
ni ruidos estridentes.
Durante
la gestación es aún más importante la correcta alimentación y el
ejercicio abundante. Las cobayas desarrollan una enfermedad mortal
llamada toxemia que se produce por el riego sanguíneo insuficiente del
útero durante el embarazo. La forma de prevenirla es cuidando la
alimentación y su entorno, ya que afecta principalmente a cobayas con
sobrepesos y/o expuestas a estrés en sus primeros embarazos. Si
adevertimos cualquier síntoma (debilidad, apatía, falta de movilidad,
pérdida de apetito, respiración con dificultad o exceso de salivación)
debemos acudir inmediatamente al veterinario para intentar evitar la
muerte, aunque una vez que se desarrolla, es muy difícil. Por lo
general los síntomas aparecen inmediatamente después del parto, aunque
también pueden aparecer durante las dos últimas semanas de gestación o
los días posteriores a dar a luz. Es de vital importancia la prevención.
El
parto vendrá precedido de la separación de los huesos pélvicos. Entre 5
y 10 días antes podemos empezar a percibir que la separación del hueso
aumenta, llegando a alcanzar entre 1cm y 2,5cm el día del parto. Por
norma general, suelen parir sin complicaciones. Tienen una media de
entre 3 y 5 crías, siendo las primeras camadas más numerosas. Suelen
nacer con unos minutos de separación unas de otras, tiempo suficiente
para que la madre rompa la bolsa y las limpie, permitiendo que
respiren. Si la madre no consiguiera romper la bolsa y liberar sus vías
respiratorias, debemos ayudarla para evitar la muerte de la cría.
En el momento de nacer, las
pequeñas cobayitas ya tienen pelo, dientes y los ojos abiertos, por lo
que no es raro verlas intentar comer y beber desde el primer día. No
obstante, es recomedable que estén alrededor de un mes con su madre
para su correcto desarrollo.
En principio no es necesario separar al macho
de la hembra para el parto, aunque sí recomendable. Esto es debido a
dos razones. Primero porque durante las primeras 15h tras parir, la
hembra tiene un celo postparto en el que puede quedarse preñada
nuevamente y segundo porque debido al pequeño tamaño de las crías, el
padre puede pisarlas o hacerles daño sin querer.
Como siempre, es de vital
importancia buscarle una salida a los pequeños antes de tomar la
decisión de la cría. Si tienes la seguridad de poder darle un hogar a
todos los pequeño, te embarques en la crianza.
Salud
Las afecciones más comunes de
estos pequeños suelen ser las infecciones parasitarias, generalmente
acariosis, problemas dentales y enfermedades asociadas a la carencia de
vitamina C. Otra enfermedad relativamente común es la diabetes. En la
sección de artículos encontrarás información más detallada, siendo
especialmente recomendada la lectura de los artículos "Parasitosis en Cobayas" y "Sobrecrecimiento dental y maloclusión en Cobayas".
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